¿Jugamos al mejor disfraz? En Cuba muchas personas asumen el Cosplay como un juego de niños, incluso, de adultos que se niegan a madurar. Debo admitir mi ignorancia sobre el desarrollo de este fenómeno en la isla, pero también les confieso la grata sensación que experimenté al probarme uno de los tantos disfraces que ocupan el estudio de Favius Cosplay, situado en una casona amarilla de la calle 41, esquina 52. Pude viajar desde mi infancia hasta las películas de ciencia ficción, los videojuegos, la literatura, y regresar de nuevo a mi niñez con tanto asombro. Creo que sentí tantas emociones juntas que no logro definirlas. Te invito a compartir mis experiencias, y las de Faviel Felipe Mesa quien es además, profesor de la Academia San Alejandro. Entonces, ¿jugamos al mejor disfraz?

¿Cuéntame sobre tu acercamiento al Cosplay?

El pasado me ha conducido hasta lo que soy hoy. En el año 1992 ingresé al Centro experimental de las artes visuales, lugar en el que cursé el nivel elemental en artes plásticas. Ese mismo año comencé en la Academia San Alejandro y luego en 1996, me gradué en la especialidad de grabado. Fueron tiempos de escasez, donde tenía que hacerme mis propios zapatos y mis ropas. Mi mamá es costurera y de ahí, quizás, nació mi interés. Un día me encontré un par de botas sintéticas en la calle y en ese momento tuve una gran inquietud, y me dije: si esto lo hizo una persona igual que yo, yo también puedo hacerlo. Prácticamente me hacía unos zapatos diferentes cada semana con la misma suela, era interesante porque la gente no me miraba a la cara sino a los zapatos. De ahí viene toda la necesidad de hacer y sobre todo, de potenciar que sí se puede hacer.

¿Por qué surge Favius Cosplay?

Favius Cosplay surge a partir de un sueño, de una idea muy romántica que consistía en  encontrar un espacio que pudiera unir dos caminos en mi vida: el de la costura y el del arte. Después de mi graduación comencé a experimentar con la pintura, a la cual transmití las soluciones del grabado. Pero más allá de las carencias y necesidades, siempre he visto latente la necesidad de disfrazarnos. De niño queremos imitar al personaje de un cómic, de una serie o de un videojuego. Y resulta que con el tiempo ponerse en la piel de ese personaje que uno crea con sus propios medios y herramientas tiene un sabor mágico. Y así se rompe con cualquier muro de edad o de generación. Sencillamente sientes a ese personaje aunque detrás de él haya una persona de 50 años. Tras vivir este tipo de experiencias decido crear Favius Cosplay, que es el nombre etimológico de Favier. 


Cosplay, ¿solo para jóvenes? 

Cosplay no es cosa de jóvenes, sino también de gente que ya no es tan joven pero que sigue teniendo un espíritu joven. En mi caso como padre de dos adolescentes en puro desarrollo, me ha dado la oportunidad de hablar el mismo lenguaje que ellos, tener ideas en común, escucharlos, exigirles que ellos también puedan ser creativos en este mundo de hacer Cosplay. Para poder romper las diferencias entre padre e hijo hay que hablar un mismo lenguaje, y si esto brinda esa posibilidad, pues que sea el Cosplay el pretexto para hacerlo. Muchas personas ven este mundo como un juego de niños irresponsables, que no saben hacer otras cosas. Sí, uno se divierte muchísimo pero detrás de eso hay un trabajo, una intención, no se trata de perder el tiempo, sino de gastarlo en algo que vale la pena. Y me encantaría que el Cosplay fuese entendido como obra de arte.

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